martes, 10 de mayo de 2011

Redoblante

Se lo llama también redoble en la Puna y la Quebrada. Aunque deriva del tambor tubular, su aspecto actual es el de un tambor de marco. Es el mismo instrumento utilizado en bandas y fanfarrias militares. Al igual que en éstas, los modelos antiguos empleados por las bandas y comparsas criollas eran de madera, con correhuela de soga y presillas de cuero. Actualmente es más común que se utilice una versión moderna, de procedencia industrial, que posee cuerpo y aros metálicos, y cuya tensión se efectúa mecánicamente por medio de varillas roscadas.

En ambos tipos, el parche no percusivo lleva un número variable de cuerdas metálicas que la cruzan diametralmente y facilitan la multiplicación de los sonidos producidos por la percusión. De este recurso deriva la "chirlera" de las cajas criollas.

Kultrún (timbal mapuche)

Es un membranófono de golpe directo, semiesférico. Su cuerpo es una fuente de madera con base plana, cuyo diámetro duplica, por lo general, la medida de su altura. La membrana de cuero ovino o caprino cubre toda la boca del recipiente y unos centímetros de la pared exterior, para permitir su tensión. Ésta se obtiene mediante ataduras de crin –hoy tientos de cuero-, que enlazan el aro de cuero, o de cordón de cáñamo que, a modo de costura, bordea el parche, con otro similar que rodea la base.
En Chile, donde el shamanismo está vigente, es ejecutado pro al amchi y su ayudante en diversos rituales. Sólo en el "choike pürrún" (danza del ñandú) su ejecución está fuera del dominio shamánico.
No ocurre lo mismo en Argentina, debido al estado avanzado del proceso de aculturación. En la actualidad se han documentado dos tipos de kultrún: uno pequeño (30cm de diámetro), con asa en la base, que se toca con una sola baqueta, y otro mayor (de 45 a 60cm de diámetro), que se apoya en el suelo y se percute con dos palillos. Ambos se usan en el "Nguillatún", ceremonia anual de fertilidad. El primero es de ejecución femenina: lo toca la anciana principal (figura que reemplaza a la machi) en las danzas femeninas y mixtas que se realizan alrededor del "rewe". El segundo, de ejecución masculina, constituye la base instrumental de la danza, también masculina, del "lonkomeo".

La calidad de la hechura de este instrumento es día a día notablemente menos. Inclusive, para evitar el laborioso tallado de la madera, a veces se usa un fuentón de hierro galvanizado como cuerpo del kultrún grande.

Caja

Membranófono de marco o tamboril de tamaño variable.
Este isntrumento, llama Caja en too el noroestes, recibe sin embargo el nombre de Tambor en La Rioja. En Jujuy suele designarse con el nombre quechua de Tinya, o más raramente con el nombre aymara de Huancara.
Es siempre de fabricación local, y por su construcción es instrumento rpecolonial, pues reconoce como antecesor al tambor aborigen. Membranófonos de esta clase los había en la América precolombina sin chirlera.

El cuerpo del instrumento –aro-. Se hace de madera de la región: tala, chañar, sauce, yaquispalo, nogal, cardón, caspi zapallo, ceibo, etc. Para ello, y de acuerdo con la clase de madera, se ahueca o se reduce, se arquea humedecida previamente, o bien se hierve para darle forma. Modernamente se sustituye a veces por un marco de hojalata, aprovechando los envases industriales de dulce de batata. Su forma más constante es la redonda raramente se han encontrado cajas cuadrangulares en la provincia de Tucumán.

El cuerpo va cubierto en sus extremos por dos parches de cuero, habitualmente de cabra u oveja, pero también se utilizan cueros de ñandú, liebre, burro u otro animal. Son cueros sin curtir, pelados o sobados a mano. A veces se utiliza la llama "panza ‘i vaca", membrana interna del estómago de la vaca.
Estos parches se doblan y se cosen a un anillo interno de alambre o mimbre (que soporta la tensión de las ataduras en forma homogénea), y luego se unen con ataduras de tiento o piolín en zig-zag. La tensión se logra estirando estas ataduras, o corriendo unas presillas de cuero que se agregan especialmente para unir las ataduras en su centro, de a dos.
Un parche es percusivo y el otro, resonador; el cual está a menudo atravesado diametralmente por una cuerda de cerda equina, la "chirlera", que le da una vibración peculiar, y en cuyo centro puede ir sujeto un pequeño canuto de pluma o un palito.
Se suelen templar las cajas sometiéndolas a la acción del sol, o inclusive secándolas al fuego.

La caja lleva una manija o asa de cuero para poder colgarla de la mano cuando se toca. Para esto, se golpea con un mazo o dos sobre el parche percusivo.

Con la caja se acompañan cantos de los más arcaicos de nuestro folklore: bagualas y vidalitas en la región precordillerana (Salta, Catamarca, La Rioja), vidalas en los llanos (Santiago del Estero), tonadas en las ruedas de copleros y diferentes toques instrumentales en toda la Quebrada de Humahuaca (Jujuy), como para brincar en algunas celebraciones religiosas.
Sólo se asocia a dos instrumentos: la flautilla o quena pequeña (para Pascua o Carnaval) y el erkencho (para Carnaval). En tales casos, ambos instrumentos son ejecutados simultáneamente por una misma persona. También aparece acompañada de silbatos en comparsas de indios en Salta, para el Carnaval.

Bombos altiplánicos

Bombos altiplánicos tubulares
K’ullu k’hepi mayor o bombo guía
K’ullu k’hepi menor o bombo normal

Bombos altiplánicos chatos
Huancara aymara con cuerda de espinas
Huancara q’hechua con tripa retorcida

Son bombos de gran tamaño, tubulares los primeros y de altura menor que el diámetro los segundos (la huancara q’hechua es más grande que la aymara).
Los bombos chatos son similares a los bombos mayores de las bandas militares, aunque pueden carecer de aros externos. Son ambipercusivos, se percuten con un solo mazo sobre un parche.
Su presencia es permanente en las comparsas de carnaval, las bandas de sikuris y de anatas en la Puna y la Quebrada. Participan en las procesiones de todo el centro y noroeste.

Bombo criollo – Bombo legüero

Es un tambor de dos parches. Consta de una caja o cuerpo de madera cilíndrico, de menor diámetro que altura (de 30 a 50cm de diámetro aproximadamente), con dos parches a manera de tapa y ataduras o tensores de cuero que se ajustan con anillas o presillas del mismo material, regulando la tensión de los parches. Pero los parches se aseguran con dos aros de madera, y las ataduras aprietan estos aros con lugar de los parches en si.
El cuerpo del bombo se construye a veces de un barril vacío y con aros de hierro, pero por lo general se fabrica espcialmente, ahuecando un tronco de madera blanda, como el ceibo, sauce, curupay o pacará ahuecado; o bien madera terciada (guatambú, cedro).
Los aros se hacen preferentemente de tala, de pino blanco o sauce.
Para los parches se usan pieles  de oveja o de cabra; o bien una piel de cabra y otra de oveja, reemplazadas muchas veces por pieles de chivo y de cordero por ser más durables. En tiempos anteriores se usaron también pieles de guanaco, llama o vicuña.

El bombo se ejecuta con dos baquetas (maza y palo) en un solo parche, alternando con golpes en el aro. El parche suele ser percutido también en distintos lugares, con lo que se obtienen matices sonoros diferentes. Los toques típicos de acompañamiento de las expresiones musicales argentinas forman generalmente birritmia con la melodía, a causa  de que no coinciden sus respectivos acentos principales.

Hoy la función de este instrumento es puramente recreativa. Su uso está muy difundido en toda el área centro-noroeste, y es elemento infaltable en los conjuntos folklóricos que interpretan manifestaciones vernáculas desde San juan hasta Jujuy y Santiago del Estero, donde tiene plena vigencia.
Constituye, quizás, la única herencia negroide en la música de nuestro país.

Bombo

Instrumento de tamaño variable, de origen muy antiguo, que se remonta al Neolítico. El bombo tradicional de nuestro país es de origen europeo, ya que los nativos tenían tambores diferentes; como el tambor de agua de los Toba, Pilagá, Wichí, Chorote y Chulupí; los tambores de dos parches de los Chiriguano-Chané y los MbÏá; el angúa guásu y al angúa rai o angúa miní de los Chiriguano-Chané.
Es instrumento típico de todo el centro y noroeste argentino. Se distinguen el bombo tubular y el bombo chato.

Instrumentos membranófonos.

Los instrumentos expuestos son membranófonos de golpe directo, que producen sonido por la vibración provocada mediante golpes en una membrana o parche tenso sujeto a un resonador o a un marco.
En el caso de los bombos criollos y las huancaras aymara y quechua constan de un cuerpo de madera cilíndrico, con dos parches a manera de tapa, anillo y ataduras o tensores de cuero que se ajustan con anillos o presillas, regulando la tensión de los parches.
Los redoblantes o redobles, aunque derivan del tambor tubular, tienen actualmente el aspecto de un tambor de marco.
La caja (a la que se llama tambor en La Rioja o tinya en Jujuy) es un instrumento membranófono de marco, precolonial por su construcción, ya que reconoce como antecesor al tambor aborigen. Membranófonos de esta clase los había en la América Precolombina sin chirlera.
Con la caja se acompañan los cantos más arcaicos de nuestro folklore, para los que se ajusta el tamaño y sonido del instrumento: bagualas y vidalitas en la región precordillerana (Salta, Catamarca y La Rioja), vidalas en los llanos (Santiago del Estero), tonadas en las ruedas de copleros en toda la Quebrada de Humahuaca (Jujuy), vidalas de comparsa (comparsas de indios de Salta).


Los materiales empleados para la construcción de estos instrumentos son:
Maderas:
Troncos ahuecados de ceibo, caspi zapallo, sauce, pacará o yuchan.
Terciados de cedro o guatambú, preparados para mejorar su acústica.
Cueros:
Tratados a mano en forma natural, sin productos químicos.
De cabra con pelo y sin pelo.
De oveja con lana.
De potro con pelo.
De jabalí, con pelo y sin pelo.
De corzuela con pelo.
Panza de vaca (membrana interna del estómago de la vaca).